Tras obtener media sanción en Diputados, el proyecto de gastos e ingresos será girado al Senado para su revisión. El oficialismo buscará introducir cambios para sostener el objetivo de déficit cero. El debate en la Cámara Alta será clave para definir si el texto vuelve a Diputados o avanza hacia su sanción definitiva.
Durante la madrugada del jueves, la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto 2026 y el proyecto de Inocencia Fiscal, aunque el oficialismo no logró avanzar con la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Universitario. Ese traspié dejó fuera el capítulo XI, considerado central por el Gobierno para garantizar el equilibrio fiscal.
Con la media sanción obtenida, el proyecto será enviado al Senado, donde el bloque libertario intentará reponer parte del texto original. De lograr modificaciones, la iniciativa debería regresar a la Cámara de Diputados para una nueva votación, lo que abre un escenario de negociaciones intensas entre el oficialismo y la oposición.
Desde Casa Rosada consideran que el texto aprobado compromete el objetivo de déficit cero, por lo que evalúan distintas estrategias parlamentarias. Entre ellas, impulsar cambios en la Cámara Alta o, en caso de no reunir los votos necesarios, avanzar con un eventual veto presidencial.
El trámite legislativo establece que, una vez que ambas Cámaras sancionan el proyecto, el Poder Ejecutivo puede promulgarlo o vetarlo total o parcialmente. Si se produce un veto, el Congreso solo podrá insistir con el respaldo de dos tercios de los votos, en un contexto político donde el oficialismo no cuenta con mayorías propias.







