El indicador argentino cayó más de 400 puntos desde las elecciones legislativas, pero se mantiene por encima del promedio latinoamericano. Con 648 unidades, el país sigue entre los de mayor percepción de riesgo y lejos de los niveles de sus vecinos. La brecha con Uruguay, el mercado más confiable de la región, supera los 550 puntos.
Después del triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas, el riesgo país argentino registró una fuerte caída desde los 1.100 puntos previos a los comicios. Sin embargo, la baja no alcanzó para acercarse a los estándares regionales: con 648 unidades, el país continúa entre los de mayor riesgo en América Latina y mantiene una brecha considerable respecto del líder, Uruguay, que exhibe apenas 72 puntos básicos.
La última medición de JP Morgan refleja un escenario todavía desafiante para el Gobierno. Aunque el descenso del indicador fue celebrado, los niveles actuales implican que Argentina debería endeudarse en dólares por encima del 10% anual, una tasa que complica la posibilidad de recuperar el acceso pleno a los mercados internacionales. Esta situación se vuelve especialmente relevante ante los vencimientos por USD 4.200 millones previstos para enero y un monto equivalente en julio, compromisos que presionan la estrategia financiera oficial.
Comparada con la región, la posición argentina resulta débil. El promedio latinoamericano es de 318 puntos y países como Chile (95), Perú (124) o Brasil (197) operan con niveles muy inferiores, reflejando mayor estabilidad y confianza por parte de los inversores. Incluso economías con desafíos estructurales, como Guatemala, Costa Rica o México, muestran puntuaciones que se ubican muy por debajo de la argentina.
La volatilidad local contrasta con el creciente interés de algunas empresas y gobiernos subnacionales que lograron colocar deuda en el exterior a tasas más competitivas. La reciente emisión de obligaciones negociables a alrededor del 8,5% y la colocación de CABA al 7,8% alimentan el optimismo del oficialismo, que aspira a financiarse en rangos similares. Para eso, advierten analistas, el riesgo país debería descender hacia los 400 puntos.








