El arranque del nuevo Senado dejó su primer choque político entre dos figuras centrales del oficialismo: Patricia Bullrich y Victoria Villarruel. Durante la definición del reparto de comisiones, la ministra de Seguridad —que participó como invitada en la sesión preparatoria— lanzó un reclamo directo a la vicepresidenta: pidió que la distribución sea “equilibrada y pareja para todos los bloques”, dejando en evidencia tensiones internas que venían acumulándose desde el cambio de gobierno.
Bullrich intervino luego de que varios legisladores expresaran su malestar por la forma en que se estaban negociando las presidencias de comisiones clave. Con un tono firme, cuestionó la falta de consensos y sugirió que la conducción del Senado debe garantizar reglas claras para evitar favoritismos. El mensaje, aunque diplomático, apuntó a ordenar una interna que ya empezó a mostrarse más ruidosa de lo previsto.
Villarruel escuchó el reclamo y evitó entrar en polémicas durante la sesión, pero desde su entorno señalaron que la vicepresidenta defiende el criterio de “representatividad proporcional”, argumentando que el reparto debe reflejar los resultados electorales y la correlación de fuerzas dentro de la Cámara. La disputa, sin embargo, se coló rápidamente en las conversaciones de los bloques y expuso que el oficialismo aún atraviesa un proceso de acomodamiento.
En los pasillos del Congreso, dirigentes del PRO y de La Libertad Avanza reconocen que no es la primera vez que aparecen diferencias entre Bullrich y Villarruel sobre la conducción política del Senado. Mientras la ministra impulsa una agenda de mayor coordinación y disciplina interna, la vicepresidenta apuesta por un estilo más autónomo, lo que genera fricciones en la toma de decisiones legislativas.
El episodio también encendió el análisis de la oposición, que observa con atención la dinámica interna del oficialismo. Senadores del peronismo y de fuerzas provinciales señalaron que esperan un funcionamiento institucional más ordenado y expresaron preocupación por la falta de acuerdos que permitan avanzar con una agenda parlamentaria estable.
El primer cruce público entre Bullrich y Villarruel deja en claro que el Senado será un escenario político clave durante los próximos meses. Con un oficialismo que todavía ajusta su engranaje y una oposición dispuesta a medir cada movimiento, la disputa por las comisiones anticipa un período legislativo cargado de negociaciones, tensiones y decisiones que marcarán la nueva etapa política en el país.








