Un grupo internacional de científicos descubrió nuevos indicios sobre cómo se formó la cuenca Aitken, el cráter más grande y antiguo de la Luna, que será uno de los principales objetivos de la próxima misión Artemis.

La investigación, publicada en Nature Astronomy, sugiere que el gigantesco impacto que dio origen al cráter ocurrió hace más de 4.200 millones de años, cuando un objeto del tamaño de Ceres colisionó con la superficie lunar. La fuerza del choque habría alterado la composición interna del satélite y contribuido a su evolución geológica.

Con más de 2.500 kilómetros de diámetro y 13 kilómetros de profundidad, la cuenca Aitken es considerada una ventana única para estudiar el interior de la Luna. Los datos obtenidos por las sondas Lunar Reconnaissance Orbiter y Chang’e 5 permitieron mapear zonas con concentraciones inusuales de minerales pesados, posiblemente procedentes del manto lunar.

La NASA confirmó que el sitio será parte del itinerario científico de la misión Artemis IV, cuyo lanzamiento está previsto para 2027. El objetivo es recolectar muestras y desplegar instrumentos que permitan analizar su estructura y los vestigios del impacto original.

“Comprender cómo se formó este cráter nos ayuda a reconstruir la historia del Sistema Solar temprano”, explicó la geóloga planetaria Sarah Valencia, integrante del equipo. “Es, en cierto modo, un registro fósil de los primeros días de la Luna y de la Tierra.”

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