Investigadores en comportamiento animal aseguran que permitir que los perros exploren con el olfato reduce el estrés, refuerza la confianza y estimula su cerebro. Una simple pausa puede mejorar su bienestar integral.
El estudio, publicado en Applied Animal Behaviour Science, observó a 60 perros durante sus paseos diarios. Aquellos a los que se les permitió detenerse y oler libremente mostraron menores niveles de cortisol, la hormona del estrés.
El olfato es el principal canal de comunicación canino: a través de los aromas, los perros obtienen información sobre otros animales, el entorno y hasta los estados emocionales humanos. Negarles esa posibilidad genera frustración.
“Cuando olfatean, los perros procesan información, se relajan y se sienten más seguros. Es su manera de leer el mundo”, explicó la etóloga Ana Fernández. Recomienda caminatas sin apuro, con correas largas y tiempo para explorar.
Los especialistas insisten en que los paseos deben priorizar la experiencia sensorial del animal por encima del ritmo del tutor. Olfatear no es perder tiempo: es una forma de enriquecer su salud emocional y cognitiva.








