Esta maravilla ferroviaria se vive a lo largo de la primavera y el invierno, cuando el trayecto se transforma en un despliegue paisajístico desde Italia hasta Suiza, combinando pueblos pintorescos, glaciares, lagos y montañas nevadas que hipnotizan a cada pasajero.

El Bernina Express es un viaje que va más allá del simple traslado: une Tirano (Italia) con St. Moritz (Suiza) en unas 4 horas atravesando cerca de 122 km de vías férreas. A lo largo de la ruta, se cruzan 55 túneles y 196 puentes y viaductos, cada uno ofreciendo vistas que justifican detenerse a admirar.

El recorrido se disfruta durante todo el año, aunque las estaciones le dan magia distinta: en primavera aparecen campos verdes y flores que estallan en colores vibrantes; en invierno, los lagos se congelan, las montañas se cubren de nieve y los esquís marcan escenas de cuento.

Puntos imperdibles en el trayecto incluyen el viaducto helicoidal de Brusio, con su espectacular curva en espiral que salva altura rápidamente, y el mirador natural de Alp Grüm, a 2.091 m de altitud. El Paso del Bernina y el Lago Bianco son otros lugares donde el paisaje se vuelve sobrecogedor, transformando el viaje en una experiencia inolvidable para quienes aman la naturaleza y la aventura.

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