Su trayectoria política, impulsada por el armado libertario nacional, hoy se ve atravesada por acusaciones que van desde el arresto en Estados Unidos con 400 gramos de cocaína hasta investigaciones por operaciones financieras sospechosas y negocios inmobiliarios que habrían perjudicado a familias rionegrinas.

La figura de Lorena Villaverde, diputada nacional y candidata promocionada por el armado libertario desde Buenos Aires, vuelve a estar en el centro de la polémica. Su carrera política, construida con el respaldo de referentes nacionales de La Libertad Avanza, aparece ahora opacada por denuncias y antecedentes judiciales que ponen en cuestión su legitimidad como representante de los rionegrinos.

Entre los episodios más resonantes se encuentra su arresto en Estados Unidos, en 2002, cuando fue detenida en el aeropuerto de Miami con 400 gramos de cocaína en su poder. Aunque logró regresar al país y relanzar su vida pública, aquel antecedente continúa siendo una mancha difícil de borrar.

En la Argentina, su nombre también fue vinculado a causas por presunto lavado de dinero y operaciones financieras irregulares. Distintas investigaciones señalan su participación en maniobras con sociedades fantasma y transferencias millonarias sin justificación clara, además de negocios inmobiliarios que habrían perjudicado a familias rionegrinas mediante desalojos y endeudamientos forzados.

Desde la oposición provincial advierten que su llegada al Congreso responde más a un armado digitado desde la cúpula nacional libertaria que a un verdadero respaldo ciudadano. “Villaverde no representa a Río Negro, representa los intereses de un grupo reducido que la sostiene pese a todos los cuestionamientos”, denunció un dirigente opositor.

Las acusaciones contra la diputada no solo generan ruido político, sino que también reavivan el debate sobre la transparencia y la calidad de las candidaturas en el actual escenario argentino. Mientras la Justicia avanza con causas abiertas y siguen apareciendo testimonios que la comprometen, el futuro político de Villaverde queda cada vez más bajo la sombra del escándalo.

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