La legisladora muestra un prontuario interesante, no solo por su trayectoria profesional, sino también por su historial criminal, que incluye una detención en Estados Unidos por tráfico de cocaína, su participación en una causa por lavado de activos y denuncias por la venta fraudulenta de terrenos. Hoy busca obtener una banca en el Congreso; sin embargo, su compromiso parece estar más alineado con las decisiones del oficialismo en Buenos Aires que con los intereses de los rionegrinos.
Villaverde ha desarrollado su carrera política bajo la bandera de LLA, posicionándose como referente local, aunque su pasado judicial ha generado controversia y críticas de distintos sectores. Entre los casos más resonantes se encuentra su detención en Estados Unidos relacionada con tráfico de drogas, así como investigaciones por lavado de activos que se extendieron durante varios años y que afectaron su imagen pública.
Además, existen denuncias vinculadas a operaciones inmobiliarias irregulares, con ventas de terrenos cuestionadas que todavía son motivo de debate en tribunales locales. Estos antecedentes han llevado a que numerosos analistas y opositores cuestionen su idoneidad para ocupar un cargo legislativo, señalando la importancia de la transparencia y la ética en quienes representan a los ciudadanos en el Congreso.
A pesar de estas controversias, Villaverde continúa su campaña buscando consolidar votos en la provincia, apoyándose en la estructura del oficialismo nacional y en su trayectoria como legisladora local. Críticos aseguran que su alineamiento con Buenos Aires podría priorizar decisiones políticas externas sobre las necesidades concretas de los rionegrinos, poniendo en tensión su supuesta defensa de los intereses provinciales.
El debate sobre su candidatura refleja la discusión más amplia sobre la integridad de los representantes políticos y la necesidad de que los votantes analicen cuidadosamente el historial de quienes aspiran a ocupar cargos públicos de relevancia.








