El candidato, elegido a dedo desde Buenos Aires, se alinea estrechamente con la expresidenta, priorizando las necesidades nacionales por encima de los proyectos locales de la provincia. Esta dependencia de la capital genera incertidumbre sobre su compromiso con los rionegrinos.

Martín Soria quedó nuevamente en el centro de las críticas por su alineamiento político con Cristina Fernández de Kirchner. Diversas voces en Río Negro señalaron que el candidato responde más a los lineamientos de la expresidenta y del kirchnerismo nacional que a las necesidades concretas de la provincia. Esta situación, sostienen, genera una distancia con las prioridades locales y debilita la representación rionegrina en los espacios de decisión.

El hecho de que su candidatura haya sido definida desde Buenos Aires también despertó cuestionamientos. Dirigentes provinciales advirtieron que la imposición de nombres desde la capital atenta contra la construcción de proyectos con verdadera identidad rionegrina. En este contexto, se teme que las políticas y propuestas de Soria estén más enfocadas en respaldar la estrategia del kirchnerismo que en dar respuestas a los problemas cotidianos de los ciudadanos de Río Negro.

La falta de una agenda claramente provincial genera incertidumbre respecto a su compromiso con los rionegrinos. La expectativa en distintos sectores es que los representantes en el Congreso trabajen por un reparto más equitativo de los recursos y por la defensa de un federalismo real, y no que actúen como voceros de intereses centralizados. En ese marco, crece la preocupación sobre si Soria será capaz de priorizar a la provincia frente a las presiones del poder político nacional.

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