En lo que va del año, se registraron más de 5.000 denuncias en el Área Metropolitana de Buenos Aires por robos cometidos bajo esta modalidad. Ya hay 25 víctimas fatales y el monto sustraído supera los $1.000 millones.
Esta modalidad delictiva, en la que una mujer seduce a la víctima para luego drogarla y robarle, ya dejó un saldo de 25 muertes y pérdidas económicas superiores a los $1.000 millones.
El director de la ONG, Javier Miglino, explicó que esta práctica se ha expandido con fuerza en los últimos años, y que las redes sociales y las aplicaciones de citas como Tinder están facilitando los encuentros. “Hoy el 50% de los ataques se concretan a través de apps, y los bares o boliches siguen siendo zonas de riesgo”, señaló.
El mecanismo suele repetirse: las víctimas son seducidas, invitadas a su casa, y una vez allí consumen alcohol, momento en el cual se les suministra alguna sustancia como ketamina o tranquilizantes para dejarlas inconscientes. Luego, las delincuentes huyen con dinero, objetos de valor e incluso vehículos.
Uno de los casos recientes más conmocionantes fue el de Jonathan Quispe Quenta, un joven de 19 años de nacionalidad boliviana que murió tras ser drogado en su casa por mujeres que conoció en un boliche de Liniers. Las sospechosas se encuentran prófugas, y el caso continúa impune.
Desde organizaciones civiles y expertos en seguridad piden extremar precauciones, especialmente en citas con personas desconocidas, y denuncian que el acceso a medicamentos en el mercado negro está facilitando el accionar de estas bandas.








