En una nueva declaración oficial, el gobierno ruso afirmó que no descarta retomar el diálogo por la paz con Ucrania, aunque dejó en claro que su principal prioridad sigue siendo cumplir los objetivos que se propusieron desde el inicio del conflicto. La postura reafirma la complejidad del escenario geopolítico en Europa del Este.
Dmitri Peskov, vocero del Kremlin, señaló que Rusia está dispuesta a negociar “en cualquier momento”, siempre que se respete lo que califican como intereses fundamentales del país. Esta condición deja entrever que la retirada de tropas o el reconocimiento de territorios ocupados no están, por el momento, en discusión.
Desde Kiev, la respuesta fue escéptica. Las autoridades ucranianas consideran que las ofertas de negociación del Kremlin no son creíbles mientras continúen los ataques y la ocupación en regiones clave. Además, señalan que cualquier proceso de paz debe incluir garantías internacionales y la devolución de territorios soberanos.
La comunidad internacional observa con atención esta aparente apertura, aunque con cautela. Las conversaciones previas no prosperaron, y el aumento de sanciones económicas contra Moscú ha tensado aún más las relaciones con Europa y Estados Unidos.
En este contexto, la posibilidad de una mesa de diálogo sigue siendo incierta. Mientras tanto, el conflicto continúa causando miles de desplazados y una profunda crisis humanitaria que exige una solución urgente.








