El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, en medio del conflicto con Gaza. La decisión, tomada en un contexto de creciente presión interna, ha generado un profundo revuelo en el gobierno y en la opinión pública.
Gallant, quien había sido uno de los principales impulsores de la ofensiva militar contra Hamas, se había mostrado en desacuerdo con algunas de las políticas de Netanyahu, especialmente en cuanto a la estrategia militar y el manejo de la crisis. La destitución de Gallant, que se produce en un momento clave de la guerra, podría tener implicaciones políticas y estratégicas de gran calado, en un escenario ya extremadamente delicado para Israel.
La salida de Gallant ha desatado una ola de reacciones dentro del gobierno y la sociedad israelí, con varios miembros de su partido, el Likud, expresando su sorpresa y descontento. Algunos analistas señalan que la destitución podría agravar aún más la división política interna en Israel, especialmente en un contexto de guerra en el que las decisiones militares son cruciales. A pesar de la tensión generada, Netanyahu ha defendido su decisión, argumentando que se trata de una medida necesaria para mantener la unidad gubernamental frente al desafío que representa el conflicto con Hamas. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro político y militar de Israel sigue en aumento.








