La Inspección General de Justicia intervino en un proceso electoral clave del fútbol argentino, generando dudas sobre el futuro de las competiciones y la gobernanza del deporte. Esta situación despierta preocupaciones sobre la transparencia y legitimidad en la gestión del fútbol nacional.
La Inspección General de Justicia (IGJ) decidió suspender la asamblea de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), donde se iba a votar la reelección de Chiqui Tapia como presidente. La medida generó un fuerte impacto en el ámbito del fútbol argentino.
La asamblea, que prometía ser un momento clave para la dirigencia del fútbol nacional, se vio envuelta en una creciente controversia, ya que muchos sectores cuestionan la legitimidad del proceso electoral y las reformas propuestas.
Con esta suspensión, se abre un periodo de incertidumbre en la organización del fútbol argentino. Los clubes y aficionados esperan con ansiedad los próximos pasos a seguir, mientras las críticas hacia la gestión de Tapia aumentan y la necesidad de un cambio estructural se vuelve cada vez más urgente.








